Las redes sociales ofrecen una forma de vida en la que no necesitas relacionarte en forma física ante una persona y en un principio hace que sea más fácil la relación entre dos personas. Entonces, si es tan fácil, ¿estamos haciendo que nuestras relaciones transformen en una miseria al prójimo?
Siendo este el punto de partida, podríamos decir que, si en un principio las redes sociales nacieron de la idea de hacer crecer al ser humano como ser social, estamos haciendo evolucionar a nuestra humanidad. Sin embargo, lo que estamos haciendo es crear una realidad falsa en la que mi persona es puesta en un escenario gratuito y con libertad de críticas de la que cualquier persona puede ser partícipe, haciendo que el sujeto sea sometido a prejuicios. Así, este sujeto, forma parte de un universo virtual en el que la interacción humana desemboca en observar los cambios de estado de otras personas. Si es así, ¿por qué desperdiciar nuestro tiempo en observar algo tan subjetivo como la red social de otra persona?
Nos gusta desperdiciar el tiempo, hacer que pase para llegar a otras actividades que sean más ociosas. Parece ser que los cotilleos están de moda y que uno de los temas más interesantes de los que hablar es lo que comentó alguien sobre cualquier cosa. Al principio nombré al prójimo como miseria porque es en lo que se está convirtiendo al hacer de él algo sin valor que únicamente sirve como pasatiempos infinito. Si el pasatiempos es infinito y no nos retiramos de él, nuestra vida, que podría ser utilizada para otras cosas en vez de entrometernos en asuntos que en un principio nos parecen interesantes, se estará acortando o desaprovechando al hacer de ella algo que además se convierte en rutina.
¿Qué pasa cuando descubrimos que nuestros pasatiempos favoritos no nos sirven de nada? Intentamos cambiarlo por otro que nos sea útil y también nos sirva como actividad lúdica. Nadie aprovecha todo su tiempo, pero el problema no es que se malgaste un poco tiempo, sino que nuestro pasatiempo se transforme en nuestra forma de vida y nos absorba por completo.
Si nuestro fin último es hacer que nuestros pasatiempos favoritos se conviertan en nuestra forma de vida, como un fan del baloncesto que quiere dedicarse a ello profesionalmente y para eso necesita muchas horas de entrenamiento, entonces os recomiendo que sí utilicéis las redes sociales para gastar el tiempo que tanto os cuesta desperdiciar.
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